Wilson Lugo, a través de la música norteña busca concientizar a los jóvenes sobre la guerra y pedir paz para Colombia.
Wilson Lugo Chilatra, nació en el municipio de Valparaíso, Caquetá, un 25 de diciembre de 1986, y es egresado del programa de Psicología de la Escuela de Ciencias Sociales, Artes y Humanidades – ECSAH. Su amor por la música y su vocación como cristiano han hecho que su deseo por servir y transformar la sociedad positivamente sea un hecho.
¿Cómo inició su amor por la música? Wilsón mencionó que su pasión por este arte viene de familia, su abuelo era músico y tocaba en las parrandas de las veredas y pueblitos, su papá, Luis Enrique Lugo, músico empírico, le enseñó de pequeño, canciones en guitarra, y fue en ese momento que el Unadista descubrió que lo que más le apasionaba de la música era cantar letras que transmitieran un mensaje amable y benigno.
Es así como en el año 2018, motivado por su talento vocal, Wilson adquiere su primer acordeón, y aprende a tocarlo gracias al maestro Enrique de la Casa del Músico, una tienda musical en Florencia; después de aprender lo necesario para interpretar el instrumento, Wilson recibe una invitación inesperada de uno de los líderes y maestro musical de su comunidad cristiana, David Mejía, quien le propone organizar un grupo musical cristiano, sin embargo, en ese momento Wilson no se sentía con plena confianza de lanzarse a ser parte de un grupo porque llevaba muy poco tocando el acordeón, pero su buen amigo le dijo “nadie nació aprendido, a través de la constancia se va mejorando”, y gracias a estas sabías palabras, en la actualidad Wilson hace parte del grupo llamado “Los elegidos de Cristo” conformado por un guitarrista (David Mejía), un bajista (Rafael Mejía), un baterista (Ricardo Guejia) y un acordeón (Wilson Lugo).
Wilson se desempeña en el trabajo del campo, la ganadería y la agricultura, además, orgulloso de su elección profesional como psicólogo, apoya las labores comunitarias de su Iglesia Alianza Cristiana y Misionera Colombiana, siendo además docente de niños en la enseñanza del mensaje de Dios.
Fascinado por la música y el amor al trabajo comunitario, Wilson y el grupo musical, Los Elegidos de Cristo, componen y tocan música norteña de tipo cristiana, por medio de la cual le cantan a la paz y a Colombia, transmitiendo mensajes que impacten positivamente a aquellos que forman parte de su entorno, con alegría y espontaneidad que caracteriza a esta música. “Es por esto por lo que nos levantamos motivados cada día y damos lo mejor de nosotros en cada presentación”, Mencionó Wilson.
En la actualidad, cuentan con 12 canciones listas para presentar, así mismo, están arreglando dos canciones de composición propia sobre adoración y tienen en mira otras dos canciones a futuro. La mayoría del repertorio ya establecido es de adoraciones, de referentes musicales como Águilas de Cristo de Colombia, Águilas de Cristo de Guatemala, Los Fuertes del Norte, y Grupo Rey Divino; sin embargo, también cuentan con un repertorio más cultural, con canciones sobre la paz, sobre Colombia, y sobre las familias, una de las más representativas es “¡Clamor por Colombia!” del grupo Águilas de Cristo de Colombia, que busca concientizar sobre la guerra y pedir paz para nuestro país.
El grupo se ha presentado en diferentes actividades, dentro y fuera de la iglesia, en lugares como Florencia, Milán, San Antonio de Getucha, y otras veredas en regiones apartadas de la capital Caqueteña.
Según Wilson, para poder gozar de una presentación de música norteña, se debe agendar al grupo con al menos 20 días de antelación, con esto, ellos tienen el tiempo suficiente de practicar y ofrecer una excelente presentación a los interesados. Así mismo, el valor no lo estima el grupo, pues sus presentaciones no tienen un valor monetario sino de conciencia y amor. “Nosotros no cobramos por nuestras presentaciones, nosotros compartimos nuestro talento y el mensaje divino a quién desee escucharnos, las personas nos dan lo que ellas sientan que sale de sus corazones por haber alegrado un momento sus vidas con nuestra música”.
El mayor anhelo de Wilson en términos musicales es poder conformar muy bien el grupo con personas comprometidas con la obra de Dios y de buen testimonio para acercar a las personas a la presencia de su creador a través de la música norteña, también espera expandir su repertorio y darse a conocer aún más en el Caquetá y otras regiones.
Así mismo, en términos profesionales, desea poder graduarse pronto y servir a la comunidad "donde Dios me quiera llevar a servir como profesional en psicología, desde el contexto social, comunitario, educativo o familiar". Es así como Wilson, orgullo Unadista, nos demuestra que es posible resignificar la música desde nuestra identidad tanto cultural como religiosa, dando un mensaje de amor y conciencia, que empieza desde servir a nuestra comunidad y transformar sociedades.