Una investigación llevada a cabo por el semillero PESOA de la Escuela de Ciencias Sociales, Artes y Humanidades (ECSAH) de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia, UNAD, encontró herramientas capaces de prevenir y controlar las conductas y emociones consideradas antisociales en los niños, niñas y adolescentes.
El estudio fue llevado a cabo en el Colegio Guillermo León Valencia de la ciudad de Duitama en el departamento de Boyacá y se ha utilizado como insumo para trabajar en la disminución de la deserción escolar presentada desde la pandemia.
Según la psicóloga y experta en neuropsicología educativa Flor Marina Torres, líder de proyecto de investigación, las conductas antisociales o conductas disruptivas como se le conoce dentro de la psicología son la antesala de la inmersión de los niños, niñas y adolescentes en el consumo de sustancias psicoactivas y microtráficos al tiempo que incentivan el acoso escolar y matoneo. “Desde las instituciones educativas y desde la psicología se trabaja en P y P que es prevención de la enfermedad y promoción de la salud. De esta forma se implementan herramientas en los niños para que ellos sepan tomar decisiones de una manera adecuada y pertinente cuando alguien quiere influir en sus vidas”, concluye la experta.
De acuerdo con la líder del proyecto, la investigación inició durante el 2020 bajo la premisa de fortalecer los conocimientos básicos sobre la autorregulación emocional y los procesos que pueden surgir a partir de dificultades que se presentan en la niñez y en la adolescencia como la gestión emocional y autorregulación. De igual forma, el grupo de semilleristas trabajó para que los estudiantes del colegio dominaran de manera transversal las emociones y lograran fortalecer sus procesos académicos.
Los semilleristas evidenciaron que la pandemia y las restricciones impuestas por los dirigentes sanitarios generaron un aumento de las conductas antisociales agravadas por la deserción escolar, desequilibrio emocional, desmotivación, desubicación en tiempo y espacio, atrasos y rendimiento académicos bajos. Ante estos hallazgos, las expertas abordaron a la población objeto del estudio vía telefónica y virtual con el objetivo de explicar las actividades académicas, brindarles herramientas de afrontamiento ante crisis de no concentración, falta de sueño, rebeldía, irritación y encierro, consecuencias de la nula interacción social.
Así mismo y con el fin de reforzar las habilidades sociales, el grupo de semilleristas aprovechó la existencia de Señal Duitama 90.6 FM, una emisora comunitaria de la institución y que permitió la creación de un programa radial. "Surge como una iniciativa de la institución y de los estudiantes del grado noveno cuyo espacio radial se llama El club juvenil de la señal, ahí se trabajaban temas psicológicos y se socializaba lo que veníamos desarrollando en el colegio aprovechando el impacto que se tenía en la audiencia llegando a miles de habitantes de la ciudad de Duitama tanto niños como padres de familia", señala Johanna Henry, estudiante de psicología e integrante del semillero de investigación.
Con la implementación de los talleres, se evidenció que “los niños ya se abrían más, aumentó la capacidad de interactuar entre ellos, se les facilitaba de una mejor manera el proceso académico y aprendizaje porque ya tenían esas herramientas que no solo se aplicaban con nosotros en los talleres, sino que se le empezaron a aplicar dentro de los procesos de aprendizaje”, concluye María Paola Ortega, estudiante de psicología e integrante del semillero de investigación.