El panorama de la ciberseguridad está en constante evolución debido a la hiperconexión y digitalización de nuestras sociedades. La inteligencia artificial (IA) ha emergido como una herramienta clave, utilizada tanto para fortalecer las defensas como para potenciar los ataques cibernéticos. Esta dualidad plantea la necesidad de estrategias de seguridad más dinámicas y adaptativas.​

Un ejemplo reciente ilustra esta realidad: la empresa de aguas de Sevilla, Emasesa, detectó intentos de suplantación de identidad mediante correos electrónicos falsos dirigidos a sus proveedores. Estos ataques buscaban obtener información sobre facturas o desviar pagos legítimos a cuentas fraudulentas (Limón, 2025). Este incidente pone de manifiesto cómo sectores críticos, como el suministro de agua, son vulnerables a ciberataques que pueden tener consecuencias significativas.​ La IA ha revolucionado el panorama de la ciberseguridad. Por un lado, permite a los atacantes desarrollar campañas de phishing más sofisticadas y personalizadas, así como crear deepfakes (contenidos falsos, pero altamente realistas) que pueden engañar incluso a usuarios experimentados. Por otro lado, la IA ofrece a los defensores la capacidad de implementar sistemas autónomos que detectan y responden a amenazas en tiempo real, mejorando la eficiencia y eficacia de las medidas de seguridad (Limón, 2025).​

Además, se ha observado la incorporación de nuevos actores en el ámbito de la ciberseguridad, incluyendo Estados emergentes y regiones como África, Europa del Este, Asia y América Latina. Estos actores participan tanto en la defensa como en la perpetración de ataques cibernéticos, lo que añade complejidad al escenario global de seguridad informática (Limón, 2025).​ La protección de infraestructuras críticas es especialmente preocupante. Los ataques a sectores como la educación y la sanidad han aumentado considerablemente; por ejemplo, los ataques de ransomware (secuestro de datos a cambio de un rescate) han crecido un 75% en el sector educativo y un 47% en el sanitario. Estos ataques no solo comprometen datos sensibles, sino que también pueden poner en riesgo la vida de las personas, como en casos donde hospitales se ven obligados a suspender servicios esenciales debido a ciberataques (Limón, 2025).​

Ante este panorama, es imperativo que las organizaciones adopten una postura proactiva en ciberseguridad. Esto incluye la implementación de sistemas de inteligencia artificial para la detección y respuesta a incidentes, la formación continua del personal en prácticas seguras y la colaboración entre entidades públicas y privadas para compartir información y estrategias efectivas. Solo a través de un enfoque integral y colaborativo se podrá hacer frente a las amenazas cibernéticas en constante evolución.​

Autores: Peña,H; Zambrano,L; Cardenas.N;

Vicerrectoria de Innovación y Emprendimiento

  • Centro de Desarrollo Tecnológico – Centro de Respuestas a Incidentes Informáticos

CSIRT Académico UNAD

Escuela de Ciencias Básicas Tecnología e Ingeniería

  • Maestría e Ciberseguridad | Esp. En Seguridad Informática – ECBTI
  • Semillero Ceros y Unos

Referencia Bibliográfica:

Limón, R. (2025, 24 de febrero). Nuevos actores y herramientas se incorporan a la guerra de la seguridad en internet. El País. https://elpais.com/tecnologia/2025-02-24/nuevos-actores-y-herramientas-se-incorporan-a-la-guerra-de-la-seguridad-en-internet.html