Quiero iniciar mi saludo de año nuevo agradeciendo, como siempre lo he hecho, a toda la Plataforma Humana de la UNAD.
Ustedes son la esencia y el espíritu de lo que hoy es esta Familia: La más grande universidad del país y la institución que, por propia vocación, más influye en la construcción de oportunidades de proyección, de resiliencia, de fortaleza y de una mirada positiva para cientos de miles de compatriotas (iniciamos 2024 con 250 mil estudiantes) de una patria que, en medio de las dificultades y la violencia, se resiste a dejarse vencer por el pesimismo, la corrupción y la inequidad.
No puede olvidarse que, por mucho, hoy somos la más grande y acreditada institución de educación superior en número de estudiantes matriculados y sedes físicas con un sentido arquitectónico que invita al aprendizaje más que a la enseñanza clásica. También, que somos reconocidos en América Latina e Iberoamérica por nuestra proyección y desarrollos de tecnología y pedagogías afincadas en la virtualidad, entre otros aspectos.
Es el compromiso de todos Ustedes con esta causa social educativa, llamada UNAD (que, ante todo, es un espíritu colectivo de compromiso, sacrificio, amor y pasión por Colombia), el que ha permitido que, año a año, sigamos obteniendo el reconocimiento de actores, tanto del sector como de otros, nacionales e internacionales, y que la reiteración de Great Place to Work, como una institución envidiable en su clima laboral no es casualidad sino la consolidación de una cultura de servicio en todas sus dimensiones.
Las múltiples distinciones que hemos recibido, el constante incremento en la matrícula (excepcional en el sistema de educación superior colombiano), la reacreditación de programas, la calidez y apertura con la que nos reciben en cientos de municipios, y los positivos testimonios de vida de miles de estudiantes, egresados y docentes sobre cómo el “toque Unadista” contribuyó a modificar positivamente sus vidas, nos hacen henchir el corazón de ser Unadistas.
No podemos dormirnos en los laureles. Es una responsabilidad diaria mejorar nuestro actuar individual y colectivo.
Aunque ninguna otra universidad hoy tiene el alcance e impacto en la calidad de vida de sus estudiantes como la UNAD, y ninguna otra institución tiene el reconocimiento internacional por su compromiso a favor de la inclusión con ayuda de la modalidad virtual y a distancia, ello no puede ser motivo para que se nos suban los humos y se nos dispare el ego personal e institucional. Mientras la Colombia que soñamos no se haga realidad no hemos ganado nada. Por el contrario, cada día debemos ser más humildes y conscientes de que, como nos lo han enseñado los abuelos, las iglesias y las distintas filosofías de vida, a quien más tiene y ha logrado, más debe exigírsele. Además, cada día tenemos muchos más ojos encima de nosotros, bien sea de quienes nos admiran como de quienes no.
“Más UNAD, Más Equidad” no es un simple eslogan
Nuestra apuesta por la equidad corresponde a una decisión de toda esta comunidad, confirmada en el lema de nuestro Plan de Desarrollo a 2027: “Más UNAD más Equidad”. Para esta Universidad, la Equidad responde a la expresión decidida, desinteresada y apasionada de asegurar que ninguno de sus miembros (en todos sus sistemas y niveles) se sienta ajeno al proyecto de país que algún día, ojalá pronto, nos dignifique a todos, con estudiantes bien educados como personas y como ciudadanos.
Nuestro compromiso con la Equidad nos obliga a servir, como una expresión natural del compromiso social y patriótico de los Unadistas, así como a mejorar todos los dispositivos, plataformas, estructuras y procesos para brindar el mejor acompañamiento a quienes tradicionalmente han sido apartados o excluidos de su entorno natural o por limitaciones del orden mental o físico.
Como organización necesitamos desafiarnos muchísimo más. Cambiar y mejorar diversas prácticas de trabajo que aún generan insatisfacción estudiantil; erradicar comportamientos en torno al facilismo y al amiguismo -que no debe confundirse con la amistad, pues esta no es cómplice para el mal sino solidaria para el bien-, y ello nos implica minimizar los circuitos que deforman la solidaridad por el contubernio laboral que maquilla los resultados y los indicadores y que poco o nada nos ayudan a consolidar esta causa educativa. Esta Universidad, por su génesis y misión, es inclusiva y por ello nuestra continua intención de aumentar y mejorar el rol de los coach, consejeros y monitores acompañantes para todos los miembros de la comunidad universitaria.
Ser equitativos también implica fortalecer estrategias de flexibilidad curricular, así como lograr mayor presencia en poblaciones históricamente marginadas. Por eso, debemos optimizar procesos, actualizar la estructura normativa y los procedimientos para que, con ayuda de los dispositivos tecnológicos, se optimice la caracterización de nuestros aspirantes y estudiantes, se consolide el apoyo social, psicológico, económico y de bienestar personal y familiar, y se consolide la convivencia con todas las comunidades que atiende nuestra Institución.
Asimismo, para seguir extendiendo nuestro radar a aquellas personas que aún no han hallado respuesta en los programas de la UNAD, es imprescindible crecer en nuevas ofertas educativas de calidad y pertinencia.
Todos, léase bien TODOS, los miembros de la Comunidad Unadista, deben ser cubiertos por un servicio cálido y de calidad. En esta Universidad, ninguna persona, erróneamente considerada “diferente”, “rara” o “excluida”, será tratada así. Todos somos iguales para efectos de relacionamiento y aprendizaje.
La única forma de exclusión de la UNAD será la autoexclusión de quienes, por decisión propia, por violación de las normas elementales y reglamentarias de disciplina y de convivencia, o por negligencia o fraude, se nieguen - a sí mismas - la posibilidad de crecer personal y profesionalmente a través de la educación.
Para hacer más real el compromiso con la Equidad, en la UNAD no sólo buscamos llegar hasta las regiones de los estudiantes, sino que también nos sensibilizamos con sus desesperanzas acumuladas por las más diversas condiciones sociales, las exclusiones históricas, los sueños de paz frustrados y el padecimiento en medio de conflictos en ascenso, en tierras fértiles y zonas aparentemente inviables, y cuya experiencia demuestra que el reconocimiento del otro, el acoger al excluido y el dar oportunidades a quienes nunca las han tenido, e incluso a quienes las tuvieron y las perdieron, son una forma de hacer patria, de permitir al país desde la base diseñar sus políticas públicas con la consideración y opinión de quienes no han podido participar en las mismas, y de elevar la dignidad y facilitar la convivencia con quienes injustamente desde siempre han sido excluidos.
Nuestro compromiso es personal, profesional, institucional y de país, y no puede responder a una oración sin acción. Es importante que estemos claros que hemos avanzado mucho, pero que aún nos queda un enorme camino por recorrer, y que sólo ascenderemos a metas intermedias, a medida que mejoremos el vínculo entre nuestra identificación institucional con nuestra habilidad para desaprender y aprender nuevamente, como producto de los desafíos que nos plantea el metasistema Unadista. No actualizarnos a los nuevos desafíos, normas y estrategias institucionales, es una forma de no servir o servir mal y quedarnos rezagados en el camino.
Un desafiante 2024
Tras un recorrido institucional de más de cuatro décadas de dificultades y de desafíos, hoy compensados con impensados logros hace pocos años, muchos connacionales y extranjeros nos consideran actualmente como un patrimonio y orgullo propio. Eso, de por sí, ya nos genera una enorme responsabilidad social e histórica.
Si bien no somos una organización que se obsesiona con el incremento de matrículas, sedes, presupuestos y proyectos, pues estos son solo indicadores variables y susceptibles en el mercado de la oferta y demanda educativa propia y extranjera, sostener, y superar las expectativas y proyectos que continuamente nos creamos, sí debe ser una agenda profesional de nuestra actividad en el nuevo año.
Los conocimientos, hojas de vida, experiencias y recorrido institucional de nuestra plataforma humana nos permiten soñar, con los pies en la tierra, que el liderazgo, trabajo en equipo y compromiso con el país de esta comunidad Unadista, con certeza nos permitirá seguir avanzando.
Ni la historia, ni la patria nos perdonarán un descanso más allá del necesario, ni la expresión de temores para seguir innovando, y -menos aún- el más mínimo asomo de duda sobre la naturaleza y fines de nuestro trabajo. Estos serían errores imperdonables en la vivencia de nuestro proyecto pedagógico solidario.
Un verdadero líder Unadista transformador no podrá estancarse en su crecimiento y cada día deberá ser mejor que el anterior.
A quien demuestre que puede, se le apoyará más.
Somos Unadistas, somos colombianos, somos profesionales, somos académicos, somos rigurosos y nunca rígidos, somos una familia educativa creativa y emprendedora, con una ética a toda prueba, y delineamos la historia a favor de la educación como pilar de una sociedad justa y equitativa.
Porque, perdónenme por la comparación, en esta UNAD tenemos madera seca y de calidad para esculpir grandes obras.
No temo en demandarles su máximo compromiso con el modo TIP (o Trabajo Inteligente Productivo) en todos los escenarios de la organización. Es decir, siempre orientados para que la ejecución de recursos, fijación de indicadores, asignación de tiempos, y definición de tareas y procesos, sean rápidos, ágiles, efectivos y optimicen nuestros insumos, con mejores resultados.
La UNAD camina hacia un sueño de equidad integral, y mientras ello no se haga realidad seremos insaciables en su afán por ver a una Colombia próspera y equitativa, en la que la educación sea protagonista y sus egresados de todos los niveles educativos puedan participar para contribuir a orientar los destinos de la Nación. El espíritu Unadista nunca se detendrá.
Cuento con ustedes, con su pasión por la UNAD y, sobre todo, con el espíritu vanguardista de esta causa social educativa.
Les deseo, queridos líderes, la mayor prosperidad posible a todos en este 2024.
Una vez más, ¡muchas gracias por hacer parte de esta familia! ¡Cuento con Ustedes!
Jaime Alberto Leal Afanador Rector
Enero 2024