Ser padre nace de una condición genética y hacer de padre nace de un vínculo emocional. Ejercer los dos de manera simultánea sería el ideal, pero no siempre ocurre así en sociedades tan marcadamente machistas como la nuestra donde miles desestiman su responsabilidad.
El doble rol significa asumir responsabilidades constantes y significativas para la vida de aquellos que como hijos e hijas necesitan ejemplo y apoyo para su felicidad. Hoy felicito a aquellos que más allá de su condición biológica, asumen con afecto y amor la condición moral y ética de formar a aquellos que consideren hijos en la condición ampliada del término, siendo ejemplos vivos de coherencia para aportar con su guía sin imponer, para amar sin esperar nada a cambio, para respetar la individualidad y el interés diverso de sus hijos e hijas, para ir más allá de la palabrería estando siempre disponibles para brindar amor, empatía, seguridad y enseñar que la rigurosidad y la disciplina en la vida ayudan a reconocer la auto responsabilidad para el disfrute de una existencia integral.
JAIME LEAL AFANADOR.
Junio 15 de 2025