Diego Palacio Álzate, egresado del programa de música de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia (UNAD), ha dedicado su vida a la música desde una edad temprana. Nacido en Pácora, Caldas, y residente en Armenia, Quindío, desde hace 21 años, Diego descubrió su vocación a los 9 años al ver la banda de su municipio tocar en la plaza central. Desde entonces, ha perfeccionado su arte, enfocándose en la trompeta y construyendo una trayectoria llena de éxitos.
La trompeta ha sido el instrumento central en la carrera de Diego Palacio Álzate. Desde sus primeros años en la Banda de Música de su pueblo, se sintió atraído por los instrumentos de bronce, pero fue la trompeta la que se convirtió en su compañera inseparable. A lo largo de su trayectoria, este instrumento ha sido su principal medio de expresión musical, permitiéndole destacar en diferentes agrupaciones. Para Diego, la trompeta representa más que un instrumento: es una extensión de su pasión y disciplina.
Aunque siempre estuvo decidido a estudiar música, las limitaciones geográficas y económicas dificultaban su formación académica. No obstante, Diego encontró en la UNAD una oportunidad que le permitió estudiar música de manera virtual mientras cumplía con sus responsabilidades familiares y profesionales. El programa de música de la UNAD le abrió las puertas a un camino que pensó que nunca podría recorrer.
Gracias a su disciplina y esfuerzo, Diego ha logrado grandes hitos en su carrera, uno de los más destacados es dirigir la Orquesta Filarmónica de la Universidad del Quindío, una agrupación que ha evolucionado bajo su batuta, transformándose en un referente cultural en la región. Lo que comenzó como una banda sinfónica ha crecido hasta ser una orquesta filarmónica que acoge a niños, estudiantes, docentes y miembros de la comunidad quindiana.
“Dirigir la Filarmónica de la Universidad del Quindío es como haber cumplido un sueño de niño”, señala Diego, mientras recuerda al pequeño de 9 años que vio al director de la banda del municipio en la plaza. Su corazón se llena de orgullo y alegría al verse a sí mismo dirigiendo una orquesta filarmónica.
Diego valora profundamente el apoyo que ha recibido de la UNAD y los docentes que lo guiaron a lo largo de su formación. Para él, la universidad fue crucial en su vida, y su próximo sueño es devolver a la institución todo lo que le ha dado, aspirando a convertirse en docente y seguir inspirando a nuevas generaciones de músicos.
"La UNAD me brindó una oportunidad que nunca pensé que tendría. Hoy soy titulado profesional gracias a su sistema de educación virtual. Estoy convencido de que quien desea aprender y esforzarse puede lograrlo, y la UNAD fomenta precisamente eso: la autodisciplina y el aprendizaje autónomo”, indica Diego.
Un sueño hecho realidad
Según Diego “tener una orquesta filarmónica en una ciudad intermedia es un privilegio que pocas tienen. Para mantener un proceso de esta magnitud, quienes están vinculados a la academia y específicamente al ámbito musical deben hacer un gran esfuerzo”.
La Orquesta Filarmónica comenzó con conciertos de obras pequeñas y breves. En este momento, bajo el liderazgo de Diego, ya se ha iniciado el ensamble de suites y conciertos completos. Palacio indica que “esto demuestra una evolución significativa en nuestro repertorio y en la capacidad interpretativa de nuestros integrantes. Aspiramos a que, en el futuro, la orquesta se consolide como un referente cultural en el departamento, donde las personas reserven un espacio para asistir y disfrutar de nuestras interpretaciones”.
Hoy Diego no solo ve cumplido su sueño de niño al dirigir una orquesta, sino que también trabaja incansablemente para llevar a la Orquesta Filarmónica del Quindío a escenarios nacionales e internacionales. Su mayor anhelo es ver a la orquesta en los grandes teatros del país, demostrando que la música puede cambiar vidas y unir a las personas en torno a una pasión común. "La música lo es todo para mí. Desde que me levanto hasta que me acuesto, siempre estoy pensando en música, incluso sueño con ella mientras duermo. La música tiene el poder de transformar vidas y mejorar nuestro mundo”, concluye Diego.
Su historia es una inspiración para aquellos que buscan equilibrar sus sueños con sus responsabilidades. A través de su experiencia en la UNAD, Diego ha demostrado que, con determinación y amor por el arte, es posible alcanzar cualquier meta, demostrando el espíritu del Talento Unadista.