Cada vez que sube a su bicicleta, Sara Juliana demuestra que la fuerza no solo está en las piernas, sino en la voluntad de quien se niega a rendirse.

IMG NOTA T1(Foto: estudiante unadista, Sara Juliana Moreno Benítez, durante la Vuleta Colombia femenina 2025)

Desde los paisajes montañosos en Sogamoso, Boyacá, a sus 22 años, Sara Juliana Moreno Benítez ha aprendido que los sueños también se pedalean. Entre carreteras, entrenamientos y largas jornadas de estudio, esta joven deportista y estudiante de Negocios Internacionales en la Universidad Nacional Abierta y a Distancia (UNAD) ha encontrado el equilibrio perfecto entre la disciplina del deporte y la constancia académica. Su historia es la de una mujer que aprendió a transformar las subidas empinadas —en la vida y en la pista— en oportunidades para seguir avanzando.

De los patines al ciclismo: una ruta marcada por la disciplina

Su relación con el deporte comenzó sobre ruedas, pero no precisamente de bicicleta. En su infancia, el patinaje fue su primera pasión. Sin embargo, hace siete años decidió cambiar de rumbo y subirse a una nueva pista: el ciclismo. Desde entonces, no ha dejado de avanzar. Lo que empezó como un reto personal se convirtió en un estilo de vida que la ha llevado a recorrer gran parte de Colombia y a cruzar fronteras para competir en España, Bélgica, Francia y Polonia, experiencias que la han enriquecido no solo como atleta, sino también como mujer.

Los resultados no tardaron en llegar. En 2022 se coronó campeona de la Vuelta a Boyacá, y hoy, tres años después, en 2025, alcanzó el subcampeonato en esta misma competencia, una de las más exigentes del calendario nacional. En cada etapa, con recorridos que superan los cien kilómetros y contrarrelojes de pura resistencia, Sara ha demostrado que la verdadera fortaleza no solo está en las piernas, sino también en la mente y el corazón.

Pero más allá del podio, la Universidad Nacional Abierta y a Distancia (UNAD) se convirtió en su nueva ruta de crecimiento. Sara Juliana estudia Negocios Internacionales, y en esta carrera encontró una forma de expandir sus horizontes y conectar su disciplina deportiva con una visión global del mundo. “Todo hoy es digital, global; las compañías que no evolucionan se quedan atrás. Yo quería prepararme en ese campo para lo que viene”, afirma con convicción.

La UNAD, su compañera de ruta

La flexibilidad académica de la UNAD le permitió seguir pedaleando hacia sus sueños sin dejar atrás su formación profesional. Entre entrenamientos, viajes y competencias, Sara sigue avanzando en sus estudios, demostrando que la educación virtual puede adaptarse a los ritmos de vida de quienes persiguen grandes metas. “Gracias a la UNAD he podido estudiar desde cualquier lugar y en los horarios que mi entrenamiento me lo permite. Eso me ha ayudado a crecer como persona y como profesional”, destaca.

Desde los primeros periodos académicos descubrió que su carrera le enseñaba mucho más que teoría: le abría el panorama hacia el mundo de los negocios, las relaciones internacionales y la innovación, valores que también ha aplicado sobre la bicicleta. La UNAD no solo le ha brindado conocimiento, sino también la confianza para asumir nuevos desafíos.

Su visión va más allá del ciclismo. Sueña con trabajar en el extranjero, continuar viajando y conocer otras culturas, ahora desde el mundo de los negocios. Uno de los destinos que más la atrae es China, país que la inspira por su disciplina y desarrollo. “Sería una aventura increíble, una oportunidad para crecer y ver la vida de otra manera”, asegura con entusiasmo.

Una historia que inspira a seguir pedaleando

IMG NOTA T3(Foto: estudiante unadista, Sara Juliana Moreno Benítez, subcampeona de la Vuelta Boyacá 2025, clasificación general)

El camino, sin embargo, no ha sido sencillo. En el deporte, como en los negocios, las mujeres todavía deben abrirse paso en escenarios donde predominan los hombres. Sara lo ha vivido de cerca, pero nunca ha dejado de avanzar. “Las mujeres tenemos la misma capacidad de liderar y destacarnos; solo necesitamos la oportunidad y la confianza en nosotras mismas”, afirma convencida.

La historia de Sara Juliana refleja el espíritu de los Talentos Unadistas: personas que demuestran que la educación flexible transforma vidas, impulsa sueños y abre caminos donde antes solo había límites. Gracias al acompañamiento de la UNAD, Sara ha podido crecer como deportista, estudiante y ciudadana del mundo.

Hoy, pedalea hacia el futuro con la misma fuerza con la que ha enfrentado cada subida. En su trayecto, la UNAD ha sido su compañera constante, el impulso que le permite avanzar un poco más cada día. Porque, como demuestra Sara Juliana, cuando la educación y la pasión se encuentran, los sueños dejan de ser una meta lejana para convertirse en el destino.