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Nuevos Movimientos Sociales: Una Urgencia Frente a los Desafíos Contemporáneos
Un mundo en crisis que exige respuestas
El siglo XXI está marcado por profundas tensiones sociales, económicas y ecológicas. La desigualdad se intensifica, los recursos naturales se agotan, y el modelo neoliberal parece mostrar cada vez más sus límites. En este contexto, emergen con fuerza los nuevos movimientos sociales, actores colectivos que buscan reorganizar la vida social frente a la precarización, el despojo y la crisis ambiental.
El sociólogo Julio César Díaz Sánchez, de la ECJP de la UNAD, nos recuerda que conceptos como la acumulación por desposesión, la crisis de la reproducción social y la fractura del metabolismo social son claves para comprender por qué estos movimientos no son una opción, sino una urgencia.
Lee el artículo completo en: https://hemeroteca.unad.edu.co/index.php/arista-juridico-politica/article/view/9061/7615
Tres claves para entender la urgencia
1. Acumulación por desposesión
Inspirado en David Harvey, este concepto explica cómo el capitalismo actual se expande expropiando bienes comunes y privatizando recursos públicos. Agua, salud, educación o territorios terminan convertidos en mercancías, accesibles solo para quienes pueden pagar. Ciudades enteras son transformadas bajo la lógica de la especulación inmobiliaria y la gentrificación.
2. Crisis de la reproducción social
Aquí entra en escena lo que muchas veces queda invisibilizado: los trabajos de cuidado, la crianza, las tareas domésticas. Estas labores, generalmente asumidas por mujeres, sostienen la vida, pero el capitalismo las precariza y desvaloriza. La consecuencia: sobrecarga, desigualdad y debilitamiento de los tejidos comunitarios.
3. Fractura del metabolismo social
Marx lo anticipó y Harvey lo retoma: la relación entre sociedad y naturaleza está rota. La explotación desmedida de recursos genera crisis climática, deforestación y pérdida de biodiversidad. En palabras simples, el capitalismo convierte la naturaleza en botín y traslada los costos ambientales a las comunidades más vulnerables.
Hegemonía y contrahegemonía: la batalla cultural
Como planteaba Gramsci, el poder no se sostiene solo con coerción, sino con consentimiento. El capitalismo logra normalizar la privatización y la precarización como si fueran parte de un “orden natural”. Sin embargo, la contrahegemonía emerge como la posibilidad de disputar esa narrativa, generando nuevas visiones del mundo basadas en la justicia social, ecológica y de género.
Latinoamérica: un territorio en resistencia
La región se ha convertido en escenario clave de estas luchas. Movimientos indígenas, afrodescendientes, feministas y campesinos reivindican derechos, territorios y modos de vida, cuestionando directamente la lógica extractivista y colonial.
Casos como las comunidades zapatistas en México, la defensa del territorio amazónico o la lucha feminista contra el patriarcado, son ejemplos de cómo estos movimientos articulan resistencias locales con impactos globales.
Nuevos sujetos sociales: diversidad y transformación
Ya no hablamos solo de sindicatos o gremios. Los nuevos movimientos sociales son diversos, horizontales y conectados globalmente:
- Ecologistas que defienden la vida frente al extractivismo.
- Feministas que visibilizan y politizan los cuidados.
- Colectivos urbanos que reclaman el derecho a la ciudad.
- Pueblos indígenas que luchan por autonomía y soberanía territorial.
Cada uno de ellos es pieza clave en la construcción de alternativas contrahegemónicas que buscan superar la colonialidad del poder y el neoliberalismo.
Urgencia de una nueva hegemonía
Los nuevos movimientos sociales no son solo protestas; son laboratorios de futuro. Frente a un capitalismo que despoja, precariza y depreda, ellos proponen reorganizar la sociedad con base en la justicia social, equidad de género y sostenibilidad ecológica.
La gran tarea es construir una nueva hegemonía que priorice la vida por encima del capital. Como afirma Díaz Sánchez, la resistencia en ciudades, territorios rurales e indígenas es prueba de que los sujetos sociales ya están luchando por otro mundo posible.
Entonces… ¿Son los nuevos movimientos sociales el motor que necesitamos para transformar la sociedad?