Ante el bajo registro de agua que presentan los embalses que proveen de este líquido a la capital del país y sus municipios aledaños, la Alcaldía Mayor de Bogotá dio a conocer el esquema de racionamiento que regirá en la ciudad y que se realiza con el propósito de ahorrar dos metros cúbicos por segundo para, de esta manera, garantizar el suministro a toda la población.
De acuerdo con Lersen Andrés Flórez, docente de los programas de Ingeniería Ambiental y de la Tecnología en Saneamiento Ambiental, es de suma importancia que de manera individual y colectiva se contribuya al ahorro, más allá de la restricción del suministro, en términos de hábitos de consumo.
“En función del compromiso institucional con los objetivos de desarrollo sostenible, la UNAD promueve permanentemente políticas de ahorro y uso eficiente de los recursos naturales y por esta razón invita a implementar acciones como el uso racional del recurso, la revisión de mantenimiento de los medidores, el uso razonable del líquido durante el cepillado de dientes, optar por ducharse un máximo en 5 minutos, recolectar agua en balde durante la ducha, el uso de la lavadora con carga completa, cierre de llaves durante afeitada, enjabonada o aplicación de champú así como el mantenimiento oportuno de tanques de almacenamiento”, señala.
El porqué del racionamiento
De acuerdo con el docente, la medida del esquema de racionamiento adoptada por el distrito se hace necesaria toda vez que el registro que reportan los embalses es de un porcentaje menor al 50% en su mayoría y por debajo del 20% en algunos casos, “y la medida busca ahorrar 2 metros cúbicos por segundo de agua y garantizar el suministro a toda la población, lo que equivale alrededor de 70 piscinas olímpicas diarias que para la cantidad de población y demanda del recurso es poco”, señala.
Para Flórez, la situación que presentan en la actualidad los embalses obedece a la suma de varios factores y entre ellos se cuentan el calentamiento global, las oleadas de calor, las sequias intensas, el crecimiento demográfico, la contaminación y el uso indiscriminado del recurso.
Y aunque si bien se tiene proyectado que el racionamiento se realice durante dos a tres meses, el docente del programa de Ingeniería Ambiental señala que este va a estar determinado por la necesidad y por el comportamiento de la medida. “Si no hay una mejora en el ahorro de agua y si la medida del racionamiento no es suficiente, es probable que la restricción de líquido sea más drástica; sin embargo, esta dependerá del resultado en el esquema planteado, del comportamiento de las lluvias, de la entrada del fenómeno de la niña, pero también el compromiso de cada individuo en su gestión del recurso”, agrega.