Qué sucedió

El 19 de octubre de 2025, un grupo de al menos cuatro personas ingresó al Louvre en plena luz del día mediante un camión con plataforma elevadora, destruyó una ventana en la segunda planta, y en sólo unos minutos robó joyas de la Corona francesa expuestas en la Galerie d’Apollon.
En el marco de la investigación, emergió un hallazgo que ha generado amplia repercusión en el ámbito de la seguridad informática: el servidor de videovigilancia del museo habría estado protegido por una contraseña extremadamente obvia: “LOUVRE”.
Informes previos de la ANSSI (Agencia Nacional de la Seguridad de los Sistemas de Información de Francia) habían advertido desde 2014 sobre vulnerabilidades del museo en materia de redes, cámaras y credenciales triviales.

Fallos de ciberseguridad identificados

  • Contraseña trivial: La credencial “LOUVRE” para el sistema de videovigilancia representa una mala praxis básica en gestión de accesos.
  • Equipo y software obsoletos: Según informes, el museo operaba con servidores antiguos y software sin soporte actualizado, lo que incrementó el riesgo de vulnerabilidad.
  • Governance y controles débiles: Más allá del aspecto técnico, se evidencia una falencia en la supervisión, auditoría, políticas de cambio de credenciales y segmentación de accesos.
  • Descoordinación físico-lógico: El robo tampoco fue únicamente un fallo físico; al combinarse con debilidades lógicas se hizo más factible.

Implicaciones para ciberseguridad y seguridad de la información

Este incidente ilustra varias lecciones clave:

  • Las credenciales débiles siguen siendo la puerta de entrada más simple. Si una institución tan emblemática como el Louvre puede tener este tipo de fallo, muchas otras organizacions están en riesgo.
  • La ciberseguridad ya no es sólo TI: El punto de unión entre seguridad física y lógica es crítico, especialmente en infraestructuras que combinan CCTV, control de accesos, redes IP, etc.
  • Auditorías y alertas ignoradas son un riesgo: Si los informes de 2014 ya señalaban debilidades, la falta de implementación efectiva tradujo esas alertas en vulnerabilidad real.
  • Gobernanza y cultura organizacional importa: No basta con tecnología, se requiere un marco de políticas, responsabilidades, monitoreo continuo y rotación de credenciales.

Relevancia en el sector educativo/universitario

Para una institución de educación superior como Nuestra Universidad, este caso tiene particular resonancia:

  • En entornos universitarios que manejan activo digitales, datos sensibles, acceso remoto, laboratorios IoT y redes heterogéneas, los principios son aplicables:
    • Políticas de cambio de contraseñas y fortalecimiento de las mismas.
    • Segmentación de redes (por ejemplo, laboratorios, administración, invitados).
    • Integración entre seguridad física y seguridad lógica (CSIRT, campus, control de accesos).
  • Dentro del marco del SGSI (Sistema de Gestión de Seguridad de la Información) que la UNAD ha adoptado, este tipo de incidente refuerza la necesidad de revisiones periódicas de credenciales, pruebas de penetración interna y revisiones de procesos operativos.

Estado de la investigación y medidas tomadas

Tras el robo se ordenó una revisión de seguridad inmediata en el Louvre y en otros museos franceses.
Senadores franceses declararon que la seguridad del museo “no está al nivel de los estándares modernos”.
La investigación continúa, pendiente de determinar si hubo participación interna, qué fallas exactas permitieron la intrusión y cuál fue el alcance real del acceso lógico.

Aspectos técnicos recomendados (desde una óptica de ciberseguridad)

  • Establecer políticas de contraseñas robustas: longitud mínima, complejidad, rotación automática, evitar términos obvios (como el nombre de la institución).
  • Implementar autenticación multifactor (MFA) en sistemas críticos de vigilancia, red, servidores, incluso para “dispositivos periféricos”.
  • Realizar auditorías periódicas de acceso y privilegios, revisar cuentas inactivas, credenciales heredadas.
  • Asegurar que los sistemas críticos tengan software y hardware actualizado, sin versiones obsoletas sin soporte.
  • Integrar monitorización de anomalías, alertas en accesos inusuales, segregación de redes físicas y lógicas.
  • Mantener una cultura de seguridad que comunique que “seguridad” es parte del negocio (o de la misión institucional), no solo un coste.

Conclusión

El caso del Louvre demuestra que ninguna institución está exenta de fallas cuando los principios básicos de ciberseguridad no son aplicados. Un simple error (una contraseña común) puede devenir en una brecha de repercusión mundial. Lo que ocurrió no fue sólo un robo físico espectacular, sino una crisis de gobernanza de seguridad informática y de gestión de accesos.
Para las instituciones que trabajan en educación, investigación o patrimonio, el mensaje es claro: reforzar credenciales, actualizar sistemas y conectar los mundos físico y lógico de la seguridad.

Referencias