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Nelson Mandela en la Amazonía: la victoria de un pueblo por su territorio
Una lucha de siglos por la tierra y la dignidad
La historia de las comunidades negras en Colombia es la historia de una resistencia incansable. Desde el siglo XVII, cuando Benkos Biohó lideró a hombres y mujeres esclavizados para fundar San Basilio de Palenque, hasta las luchas modernas por la titulación colectiva de tierras, la defensa del territorio ha sido sinónimo de libertad.
Durante siglos, el Estado colombiano les negó reconocimiento. La abolición de la esclavitud en 1851, aunque celebrada como un triunfo, fue incompleta: los terratenientes fueron indemnizados, mientras que los afrodescendientes quedaron sin tierra y sin oportunidades. Solo hasta la Constitución de 1991 y la promulgación de la Ley 70 de 1993 se reconocieron sus derechos étnico-territoriales. Sin embargo, como advierte el autor Luis Fernando Rentería, “más de tres décadas después aún existen comunidades en distintas regiones del país que no gozan efectivamente de este derecho”.
El caso Guaviare: un territorio olvidado
El departamento del Guaviare ha sido tradicionalmente concebido como territorio indígena, invisibilizando la presencia histórica de comunidades negras que, desde los años treinta, migraron allí en busca de tierras y trabajo. Hasta el año 2023 ninguna de ellas había logrado la titulación colectiva de su territorio, a pesar de haberlo solicitado años atrás ante la Agencia Nacional de Tierras.
Ese panorama cambió en mayo de 2024, cuando el Consejo Comunitario Nelson Mandela de Miraflores recibió el título colectivo de 137 hectáreas. Este hecho fue catalogado como un “hito histórico” en la reivindicación de los derechos étnico-territoriales en la Amazonía colombiana.
Factores que hicieron posible la titulación
El artículo destaca varios elementos que favorecieron este logro:
- La organización comunitaria: el liderazgo del Consejo Comunitario y su persistencia frente a instituciones que durante décadas invisibilizaron su existencia.
- El respaldo del Proceso de Comunidades Negras (PCN): capacitó a los líderes y los acompañó en los requisitos jurídicos y técnicos para sustentar su solicitud.
- La Corporación Afrocolombiana Hileros: gracias a un memorando con la ANT y cooperación internacional, apoyó técnicamente las visitas y estudios necesarios.
- Un contexto político favorable: con un gobierno que, por primera vez, tiene a una mujer afrocolombiana como vicepresidenta y que ha mostrado voluntad de avanzar en el reconocimiento de estos derechos.
Como lo expresó un líder de la comunidad: “Este título significa un camino abierto para que nuestros hijos crezcan en paz, en su propio territorio, soñando con un futuro donde la conservación ambiental y la vida digna sean una realidad.”
Buenas prácticas que marcaron la diferencia
El proceso no fue fácil: la región de Miraflores ha sido golpeada por el conflicto armado y controlada por actores ilegales. Sin embargo, la articulación entre comunidad, organizaciones sociales, academia (a través del Observatorio de Territorios Étnicos y Campesinos de la Javeriana) y el Estado permitió superar obstáculos.
El artículo resalta que más del 50 % de las solicitudes de titulación en la ANT estaban archivadas por falta de requisitos completos. En este caso, los talleres de formación evitaron errores y agilizaron el trámite. Además, la experiencia del PCN y su capacidad para dialogar en territorios complejos abrió el camino a que el proceso no quedara paralizado.
Retos pendientes
Aunque la titulación colectiva del Consejo Comunitario Nelson Mandela representa un avance enorme, persisten desafíos:
- Interpretación restrictiva de la Ley 70: todavía existe un sesgo “pacificocéntrico”, que limita el reconocimiento a comunidades fuera del litoral pacífico.
- Capacidad institucional limitada: la ANT debe responder a cientos de solicitudes represadas, y su meta es adjudicar 54.000 hectáreas a comunidades negras antes de 2028.
- Presiones económicas y políticas: proyectos agroindustriales, mineros y forestales siguen amenazando los territorios colectivos.
En palabras del Observatorio OTEC: “La gestión ineficiente y las interpretaciones regresivas se han convertido en los principales obstáculos para garantizar el derecho fundamental de las comunidades negras a sus tierras.”
Más allá de Guaviare: un llamado nacional
Lo ocurrido en Miraflores no es solo una noticia local: es un precedente nacional. Colombia cuenta hoy con 297 títulos colectivos de comunidades negras, que abarcan más de 5,7 millones de hectáreas.
Sin embargo, la mayoría están en el Pacífico, lo que evidencia la deuda histórica con regiones como el Caribe, los valles interandinos y la Amazonía.
La experiencia del Consejo Comunitario Nelson Mandela demuestra que, cuando se articulan comunidad, sociedad civil, cooperación internacional y Estado, es posible vencer décadas de exclusión.
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Memoria, dignidad y futuro
El reconocimiento del Consejo Comunitario Nelson Mandela no solo asegura tierra; asegura memoria, identidad y posibilidades de desarrollo sostenible. Es la materialización de un derecho conquistado con lágrimas, desplazamientos y vidas perdidas, pero también con organización, esperanza y resiliencia.
En palabras de un líder entrevistado para la investigación: “Este título colectivo es la bandera que levantamos sobre el dolor, pero también sobre el sueño de que nuestros hijos tengan un futuro distinto.”
La Revista Análisis Jurídico-Político de la ECJP UNAD abre con este artículo un espacio clave para la reflexión académica y ciudadana sobre cómo avanzar en justicia étnico-territorial.
Hoy, más que nunca, Colombia debe reconocer que la paz territorial se construye garantizando derechos colectivos, sin importar si los pueblos están en el Pacífico, la Amazonía o cualquier rincón del país.