¿Sabías que un solo conejo puede producir más proteína por metro cuadrado que una vaca o un cerdo?

Suena increíble, pero es real. Detrás de este dato hay una historia de ciencia, tradición y sostenibilidad que está transformando el campo colombiano.

En la Cartilla de Producción Cunícola, Janeth Esperanza Deháquiz y Rigoberto Vergara de la ECAPMA nos cuentan cómo la cunicultura deja de ser una práctica artesanal para convertirse en una alternativa tecnológica y económica capaz de fortalecer la seguridad alimentaria, dinamizar las economías rurales y devolverle dignidad al trabajo campesino.

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De la tradición a la tecnocultura rural

En las montañas de Boyacá, entre el frío que abraza la tierra y las manos que siembran esperanza, hay una historia silenciosa: la de los pequeños productores cunícolas. Allí, donde cada día empieza antes del amanecer, los conejos no solo representan alimento, sino también una oportunidad de desarrollo rural, seguridad alimentaria y dignidad campesina.

La Cartilla de Producción Cunícola, producto del estudio “Caracterización de granjas cunícolas en la provincia de Tundama y Sugamuxi”, es más que un manual técnico: es una guía de empoderamiento para quienes transforman conocimiento en bienestar.

Los investigadores Janeth Deháquiz Mejía y Rigoberto Vergara Coronado han logrado algo extraordinario: traducir la ciencia en lenguaje campesino, la teoría en práctica y la técnica en esperanza.

Cunicultura: ciencia que late con el campo

Durante décadas, la producción de carne de conejo fue vista como un oficio menor, artesanal y aislado. Hoy, gracias al trabajo de la UNAD – ECAPMA y su grupo GIGAS, la cunicultura se reinventa como un sistema técnico, sostenible y científicamente estructurado.

El estudio demuestra que la falta de conocimientos sobre nutrición, sanidad, reproducción y comercialización ha limitado el crecimiento de esta actividad, pero también revela el enorme potencial de las familias rurales cuando cuentan con acompañamiento académico.

Cada página de la cartilla está pensada como un puente entre el aula y la granja, entre la teoría y la tierra. Desde el diseño de galpones y la alimentación mixta hasta la bioseguridad y el ciclo reproductivo, el documento traduce procesos complejos en acciones claras y aplicables.

Conejos que alimentan cuerpos… y economías

El trabajo de Deháquiz y Vergara destaca algo esencial: la cunicultura es una alternativa real de seguridad alimentaria y economía circular.

Una coneja puede producir hasta ocho crías por camada y varias camadas por año. Su carne, con hasta 25% de proteína y bajo contenido graso, no solo es saludable, sino rentable. Además, el estiércol y los residuos se transforman en abono orgánico, cerrando un ciclo perfecto de producción sostenible.

Esta investigación es también un llamado a mirar al conejo como un alimento noble, ecológico y de futuro, no solo como mascota. En Boyacá, una región donde la tradición y la innovación se abrazan, ese cambio de mentalidad puede ser la clave para revitalizar economías familiares.

Innovar sin perder la raíz

El documento propone tres pilares para consolidar una cunicultura sostenible:

  • Tecnificación responsable: manejo eficiente del alimento, el agua y los espacios.
  • Educación continua: capacitación campesina accesible, sin tecnicismos excesivos.
  • Cultura de consumo: romper el tabú del conejo como mascota y promoverlo como proteína de alta calidad.

Estos pilares responden a un propósito mayor: hacer de la ciencia un bien común y del campo un aula abierta.

“Las familias campesinas requieren el acompañamiento de la academia para transformar la ruralidad y mejorar su calidad de vida.”

Una red que une academia, producción y sostenibilidad

El impacto de la cartilla trasciende lo técnico. Se convierte en una herramienta pedagógica útil para cursos como Sistemas de Producción Cunícola o Interacción con Comunidades Rurales, integrando el aprendizaje con la acción.

Cada gráfico, tabla y registro (desde la jaula hasta el aprovechamiento del estiércol) demuestra que el conocimiento es más valioso cuando se aplica para resolver problemas reales.

Y más allá de los galpones y jaulas, esta obra impulsa un mensaje poderoso: que la ciencia rural también es innovación, y que el desarrollo sostenible comienza cuando el conocimiento regresa al territorio.

La revolución silenciosa de los pequeños productores

No todas las revoluciones hacen ruido; algunas se mueven en silencio, entre el sonido del forraje cortado y los pasos firmes en un galpón.

En cada granja cunícola hay una historia de esfuerzo, aprendizaje y futuro. Historias que hoy encuentran respaldo en la Cartilla de Producción Cunícola del Sello Editorial UNAD, una obra que no solo enseña a criar conejos, sino a cultivar autonomía, nutrición y sostenibilidad.

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¿Has pensado que un conejo puede ser el inicio de un proyecto de vida rural?

En la ECAPMA, creemos que el futuro del campo no se impone: se construye con conocimiento, manos campesinas y ciencia que florece en comunidad.


Fuente: Deháquiz Mejía, J. E., & Vergara Coronado, R. (2024). Cartilla de Producción Cunícola. Sello Editorial UNAD, Escuela de Ciencias Agrícolas, Pecuarias y del Medio Ambiente (ECAPMA). Disponible en: Cartilla de producción cunícola