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El agro se conecta al futuro: los ODS y la revolución 4.0 del campo
Basado en el artículo: “Objetivos de Desarrollo Sostenible, Tecnología e Innovación para los Agronegocios”, de Yulian Adalberto Sepúlveda Casadiego. Sello Editorial UNAD – ECAPMA, Grupo de Investigación CIAB.
¿Sabías que un tercio de los alimentos del planeta termina en la basura mientras casi 700 millones de personas pasan hambre?
Las cifras parecen irreales, pero son el punto de partida del artículo de Yulian Sepúlveda, quien nos invita a repensar el agro no solo como fuente de producción, sino como un laboratorio vivo de sostenibilidad, innovación y futuro.
Desde la Escuela ECAPMA de la UNAD, este trabajo propone un viaje hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) desde una mirada tecnológica: un campo que aprende, mide, se adapta y se reinventa con sensores, datos, drones, inteligencia artificial y conciencia ambiental.
El agro ya no se entiende solo con las manos, sino también con algoritmos.
Agronegocios: el nuevo lenguaje del desarrollo sostenible
El documento plantea que los agronegocios, más que simples cadenas de producción, son ecosistemas de valor que conectan la tierra, la tecnología y la economía social.
Cada eslabón de la cadena, desde la siembra hasta el consumo, es una oportunidad para innovar: automatización, energías limpias, trazabilidad, comercio justo y economía circular.
La clave está en transformar los residuos en recursos, los desafíos en soluciones y las comunidades en agentes del cambio.
Sepúlveda destaca que la tecnología no sustituye al campo, lo empodera, al permitir monitorear cultivos en tiempo real, optimizar el agua, reducir desperdicios y conectar al productor directamente con el consumidor.
Así, los ODS 2 (Hambre Cero), 9 (Innovación e Infraestructura), 12 (Consumo Responsable) y 13 (Acción por el Clima) dejan de ser metas globales para volverse tareas cotidianas del agricultor colombiano.

La revolución silenciosa del agro digital
La cuarta revolución industrial (Industria 4.0) no solo está en las fábricas. Está en los cultivos de café que usan sensores de humedad, en los ganaderos que rastrean la salud del hato con chips inteligentes o en los apicultores que controlan temperatura y floración con IA.
El artículo menciona herramientas disruptivas como:
- IoT (Internet de las Cosas): redes de sensores que miden variables del suelo y clima.
- Big Data y Machine Learning: análisis predictivo de rendimiento, plagas o mercados.
- Blockchain: trazabilidad total de alimentos, garantizando transparencia.
- Drones y robótica agrícola: monitoreo aéreo y automatización de tareas pesadas.
Estas tecnologías, bien aplicadas, reducen pérdidas, mejoran la eficiencia y fortalecen la seguridad alimentaria, creando lo que el autor llama “cadenas de valor inteligentes”.
En ellas, cada dato se convierte en una semilla de sostenibilidad.
Economía circular: cuando la salida vuelve a ser entrada
El texto retoma la visión circular de la producción: nada se pierde, todo se transforma. Los desechos agrícolas pueden generar biogás, compost o materias primas para nuevos productos, cerrando el ciclo y disminuyendo el impacto ambiental.
La economía circular aplicada al agro impulsa modelos donde el conocimiento se recicla tanto como los residuos. El mismo proceso que produce alimento también puede producir energía, datos y desarrollo local.
“No existen residuos, sino recursos mal gestionados.” — Yulian Sepúlveda
La tecnología como puente hacia los ODS
La investigación destaca una sinergia poderosa entre los ODS, la innovación y los agronegocios. El desarrollo sostenible ya no se mide solo en productividad, sino en resiliencia, equidad y respeto por los límites del planeta.
La tecnología, por tanto, deja de ser un fin y se convierte en un medio ético para conectar la ciencia con la vida rural.
A través de modelos de economía verde, energías renovables, inteligencia artificial y capacitación digital, los agronegocios pueden convertirse en pilares de justicia social y sostenibilidad ambiental.
El autor plantea un enfoque de “quíntuple hélice”, donde academia, Estado, empresas, sociedad civil y medio ambiente se articulan para impulsar una innovación con propósito.
Colombia: tierra fértil para la innovación agroindustrial
El artículo dedica un espacio a nuestro país, subrayando que Colombia tiene todo para liderar la transformación agroindustrial sostenible: biodiversidad, talento humano, diversidad productiva y universidades comprometidas con el territorio.
Sin embargo, también advierte un reto: la desconexión tecnológica entre productores rurales y herramientas digitales.
Por eso, la UNAD promueve espacios de formación que unen la educación a distancia con la práctica agrícola, acercando la ciencia a quienes más la necesitan.
Así, la tecnología no se queda en las ciudades: viaja por las montañas, entra a las fincas, mejora los suelos y transforma las comunidades.
El futuro del agro ya empezó
El agro del siglo XXI no es un retorno al pasado, sino una evolución hacia la inteligencia sostenible. La obra de Yulian Sepúlveda es una hoja de ruta que conecta los ODS con la ciencia aplicada y con la esperanza del campo colombiano.
Porque en cada dron que vuela, en cada sensor que mide y en cada agricultor que aprende a leer sus propios datos, hay una historia de adaptación, resiliencia y futuro.
Ciencia que transforma. Tecnología que alimenta. Innovación que siembra futuro.
¿Cómo crees que la tecnología puede hacer del agro un lugar más sostenible y humano?


