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Líderes para revertir historias: innovación social educativa en el suroccidente de Barranquilla
En sectores como el suroccidente de Barranquilla, donde más del 30% de la población joven enfrenta condiciones de pobreza, desempleo y violencia, el acceso a oportunidades de desarrollo se encuentra limitado. Sin embargo, existen experiencias comunitarias que demuestran que la transformación social es posible cuando se trabaja desde y para las comunidades.
En este contexto, la socióloga Yasmith Díaz Sanabria, estudiante del programa de Sociología de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia (UNAD), adscrito a la Escuela de Ciencias Sociales, Artes y Humanidades (ECSAH), documenta una experiencia de innovación social educativa con impacto en la población juvenil del suroccidente de Barranquilla.
Líderes para revertir historias: cuando el cambio empieza con los más jóvenes
El proceso descrito por Díaz Sanabria se desarrolla a través de la organización Red Sur Barranquilla y tiene como objetivo la formación de liderazgos sociales en contextos marcados por vulnerabilidad estructural. La estrategia se basa en el fortalecimiento de capacidades a través del conocimiento, el arte, la cultura y la participación activa de niños y jóvenes.
“Esta experiencia de innovación es genuina y original [...] se caracteriza por los métodos implementados, los cuales crean empoderamiento, cambios conductuales propositivos que conducen a la reflexión, a la autoevaluación y a la construcción de seres críticos reflexivos capaces de asumir y enfrentar su realidad social.” — Díaz Sanabria, 2023
Contexto sociodemográfico
La ciudad de Barranquilla cuenta con una población aproximada de 1.120.103 habitantes. La localidad del suroccidente concentra cerca de 32.043 personas, de las cuales aproximadamente el 11,35% corresponde a niños y jóvenes. Esta población enfrenta múltiples factores de riesgo que afectan la convivencia, tales como enfrentamientos entre pandillas juveniles y la vinculación a grupos de delincuencia común.
Innovación social educativa: una aproximación integral
La experiencia sistematizada se considera una forma de innovación social educativa, dado que articula acciones organizadas y sostenidas en cinco componentes fundamentales: arte y cultura, comunicación, participación sociopolítica y derechos humanos. Esta estructura se alinea con lo planteado por Rivera et al. (2017), quienes destacan que la educación y el aprendizaje permanente son elementos clave en el desarrollo de procesos innovadores, junto con la participación ciudadana, la replicabilidad de prácticas y el compromiso intersectorial.
Radio, teatro y participación: herramientas para el cambio
Entre las metodologías empleadas, destacan los talleres de teatro comunitario, los espacios radiales como “Café Pendiente” y los encuentros culturales promovidos por los propios jóvenes. Estas actividades han permitido romper barreras de silencio y generar espacios de expresión, visibilización y construcción colectiva de soluciones.
La propuesta ha recibido reconocimiento a nivel local, nacional e internacional, siendo replicada en otras zonas de la ciudad y apoyada por entidades como el Ministerio de Cultura, Ciencia y Tecnología, así como por organizaciones de cooperación internacional.
Un modelo replicable para el desarrollo juvenil
Más allá de ser un proyecto puntual, esta experiencia constituye un modelo de intervención que demuestra el potencial transformador de la educación comunitaria. A medida que más jóvenes se integran, el impacto se amplifica, consolidando una red de liderazgo juvenil orientada a la mejora de condiciones sociales.
Díaz Sanabria propone reconsiderar las estrategias convencionales en territorios vulnerables, destacando que, cuando se brindan las herramientas adecuadas, los jóvenes pueden liderar procesos de cambio sostenibles en sus entornos.
El poder transformador de lo comunitario
Esta experiencia evidencia que el trabajo comunitario no solo incide en la vida de los individuos, sino que tiene efectos estructurales en el fortalecimiento del tejido social. La participación activa de la juventud contribuye al bienestar colectivo y al desarrollo integral de las comunidades.
Reflexiones finales
El artículo documenta una experiencia concreta, pero también plantea un llamado a la acción. Reconoce la necesidad de generar entornos reales de liderazgo y participación para la juventud, así como de considerar la innovación social como una estrategia prioritaria de intervención.
Ciudades como Barranquilla requieren más iniciativas de este tipo, que reconozcan el valor del arte como lenguaje educativo, el poder de las comunidades organizadas y el potencial del liderazgo juvenil como agente de transformación social.