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Conectados… ¿pero seguros?: la era donde todo está en línea, incluso los riesgos
Un error de software dejó inoperativas más de 8 millones de máquinas en el mundo, una falla cibernética provocó la muerte de un bebé en Alabama, un hospital alemán no pudo atender una emergencia porque su sistema estaba secuestrado por ransomware.
Esto no es ciencia ficción. Es la nueva realidad.
Vivimos una era fascinante: nuestras casas, nuestros relojes, nuestros carros y hasta nuestras mascotas están conectadas a internet, pero tras esa conexión se esconde un universo vulnerable, en el que cualquier fallo o ataque puede tener consecuencias devastadoras. Y aquí es donde entra en escena un nuevo protagonista del derecho: la ciberseguridad.
De la maravilla digital al campo de batalla invisible
Según Rodolfo Núñez Robinson, abogado y experto en ciberseguridad, lo que estamos presenciando no es solo un cambio tecnológico, sino una transformación jurídica. Internet ya no es solo un espacio de comunicación, sino también un campo fértil para crímenes, espionaje, fraudes y hasta guerra cibernética.
Lo que antes eran simples líneas de código, hoy son armas digitales que pueden apagar una ciudad, alterar elecciones o destruir una reputación. En este contexto, el derecho debe evolucionar para regular lo que no se ve, lo que no tiene fronteras ni rostro, pero que es cada vez más poderoso.
¿Y cómo se regula lo intangible?
El artículo “El fenómeno de la interconectividad y la ciberseguridad: una introducción al objeto del derecho de la ciberseguridad” señala con contundencia que “la superficie de ataque se ha vuelto global: cualquier persona puede llevar a cabo un ciberataque sobre cualquier dispositivo desde cualquier parte del mundo”. Esta afirmación subraya la urgencia de entender que los ciberataques no tienen horarios ni distancias, solo objetivos vulnerables.
Además, Núñez advierte que “la falta de previsión y sensibilización frente a la ciberseguridad, que proviene desde un plano vertical, impide que las empresas adopten una cultura de prevención”. Es decir, sin líderes conscientes y comprometidos, las organizaciones seguirán siendo blancos fáciles para quienes ven en el ciberespacio una oportunidad delictiva.
Ciberseguridad: más que un antivirus
Ciberseguridad no es solo ponerle contraseña al WiFi. Es un ecosistema multidimensional que toca la seguridad nacional, la protección de datos personales, la continuidad empresarial y hasta la estabilidad emocional de los usuarios.
¿La clave? Entender que todo está conectado. Y lo que está conectado puede ser atacado. Por eso, como bien explica el autor, no basta con una definición única de ciberseguridad, sino con una serie de herramientas, marcos técnicos y contextos que se adapten a cada situación.
Una alerta para líderes desconectados
El artículo también lanza una advertencia incómoda pero necesaria: muchos de los responsables de tomar decisiones aún subestiman los riesgos cibernéticos. Esta negación —explica Núñez— es el caldo de cultivo perfecto para los cibercriminales. Si los líderes no entienden el problema, difícilmente impulsarán la solución.
¿Y el derecho qué puede hacer?
El Derecho de la Ciberseguridad, como rama emergente, no busca únicamente sancionar a los ciberdelincuentes. Va mucho más allá de la lógica punitiva tradicional. Su verdadero valor reside en su capacidad de anticiparse, de blindar a individuos, empresas y Estados frente a los múltiples riesgos del ciberespacio.
Se trata de crear un entorno normativo que impulse la prevención de ataques, establezca protocolos de respuesta y garantice mecanismos de recuperación ante incidentes digitales.
Esta nueva disciplina jurídica debe ser entendida como una herramienta flexible y adaptativa, que “debe proporcionar definiciones contextuales que se adapten al objetivo y las necesidades específicas, siempre ceñidos al derrotero indiscutible fijado por la Tríada CID: confidencialidad, integridad y disponibilidad”.
El Derecho, por tanto, tiene un rol pedagógico y estratégico: debe acompañar el desarrollo tecnológico con regulaciones dinámicas, establecer estándares de responsabilidad para proveedores de software y hardware, fomentar la educación digital en todos los niveles y, sobre todo, generar confianza. Para ello, necesita articularse con ingenieros, estrategas en ciberdefensa, legisladores, gobiernos, empresas y ciudadanía. Solo desde un enfoque interdisciplinario e internacional será posible contener una amenaza que no respeta fronteras ni relojes.
Porque en la era digital —como bien lo resume Núñez—, no es exagerado afirmar que quien no protege su información, simplemente no tiene defensa.
Tu contraseña es tu escudo, pero el conocimiento es tu mejor arma
No se trata de vivir con miedo, sino de ser conscientes de nuestra realidad conectada. El futuro no será digital. Ya lo es. Y en ese presente, la ciberseguridad no es una opción. Es una necesidad, un derecho y un deber.
La UNAD te invita a dar un paso adelante en la defensa del mundo digital.
Como parte de su compromiso con la educación de calidad y la seguridad en el ciberespacio, la Universidad Nacional Abierta y a Distancia ofrece su Maestría en Ciberseguridad, un programa diseñado para formar líderes capaces de anticipar, gestionar y enfrentar los desafíos que impone la era de la interconectividad.
Si te apasiona la tecnología y quieres ser parte del cambio, este es el momento perfecto para convertirte en protagonista de una nueva generación de profesionales que protegen lo más valioso: la información.
¿Quieres entender por qué la ciberseguridad es el nuevo lenguaje del derecho en la era digital?
No te quedes solo con el blog. Sumérgete en el artículo completo “El fenómeno de la interconectividad y la ciberseguridad: una introducción al objeto del derecho de la ciberseguridad” de Rodolfo Núñez Robinson, y descubre cómo el derecho se está reinventando para protegernos en un mundo hiperconectado.
Léelo, compártelo y empieza a blindar tu conocimiento.