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Del Yacón al Pan: La Revolución Dulce y Saludable
¿Te imaginas disfrutar un pan dulce, una galleta crujiente o una torta esponjosa… sin remordimientos? En Machetá (Cundinamarca), un grupo de innovadores con visión saludable tomó la raíz milenaria del yacón (Smallanthus sonchifolius) y la convirtió en protagonista en la cocina wellness.
¿Por qué el yacón?
Poder prebiótico: gracias a sus fructooligosacáridos (FOS), el yacón no se digiere en el intestino delgado, alimenta las bacterias buenas y apoya la flora intestinal.
Bajo en calorías y rico en nutrientes: contiene antioxidantes como el ácido clorogénico y cafeico.
Una alternativa ideal para personas con intolerancia a los azúcares, condiciones metabólicas (como la diabetes) o quienes buscan dietas más livianas.

La fórmula wellness: harina local + yacón + frutas
Las pruebas combinaron:
- Harinas de maíz y quinua
- Almíbar de yacón mezclado con curuba y mora
- Sucralosa para ajustar el dulzor sin exceder calorías
Tras múltiples pruebas sensoriales y ajustes en la formulación, el equipo investigador logró destacar tres productos estrella que conquistaron paladares con su equilibrio entre salud y sabor:
La galleta número 2 se robó el show. Con una mezcla del 50 % de harinas tradicionales y un 24 % de almíbar de yacón fusionado con curuba y mora, esta delicia destacó por su textura crocante y un balance de dulzura natural que encantó a quienes la probaron.
El pan número 3 alcanzó una combinación ganadora: 35.5 % de harinas (entre maíz y quinua) y un 21 % de almíbar de yacón. El resultado fue una corteza dorada, brillante y una miga suave, ideal para quienes buscan una alternativa más ligera y nutritiva al pan convencional.
La torta número 3 logró posicionarse como una opción esponjosa, gracias a su mezcla de harinas con un 15.7 % de yacón y una cobertura de curuba y mora que aportó un toque ácido y fresco. Su textura semiaireada y el sabor frutal suave le dieron una excelente aceptación entre los consumidores.
Cada uno de estos productos representa un paso hacia una alimentación más saludable, funcional y basada en ingredientes ancestrales con un enfoque moderno y sensorial.
¿Por qué este estudio vale oro?
Innovación local con identidad
En lugar de importar soluciones extranjeras, este proyecto partió de lo propio: ingredientes autóctonos como el maíz, la quinua y frutas andinas como la curuba y la mora. Al integrar el yacón —una raíz ancestral poco valorada comercialmente, se reivindican saberes rurales y se fortalece el vínculo entre la ciencia y la tradición campesina. Esta sinergia abre paso a una cocina funcional con identidad territorial, que no solo alimenta, sino que cuenta historias.
Bienestar para todos los cuerpos
En una era donde la salud y la alimentación consciente son prioridad, este tipo de productos responde a una necesidad real: ofrecer alternativas sabrosas, naturales y seguras para personas con restricciones alimentarias, como la intolerancia al azúcar, la diabetes o enfermedades metabólicas. También dialoga con quienes siguen estilos de vida vegetarianos, saludables o ecológicos. El uso de sucralosa como edulcorante y el aporte prebiótico del yacón convierten estos alimentos en aliados del equilibrio digestivo y metabólico.
Potencial escalable y sostenible
Los resultados positivos en aceptación sensorial y cumplimiento de normas microbiológicas indican que estos productos no solo son viables, sino listos para escalar. Pueden comercializarse en mercados locales, emprender rutas de producción artesanal o incluso posicionarse en tiendas saludables y supermercados con sello de origen. Además, su bajo impacto ambiental y el uso de ingredientes naturales los hacen atractivos para un público que busca consumir con conciencia.
Un modelo replicable en otras regiones
Este estudio sienta las bases para futuras líneas de desarrollo alimentario con enfoque territorial. ¿Qué tal si otras regiones rescatan sus frutas, raíces y cereales propios? Este modelo es adaptable y puede convertirse en una estrategia de transformación rural y desarrollo sostenible con enfoque alimentario en todo el país.
¿Y qué puedes hacer tú?
Pruébalo: investiga recetas caseras de pan, galletas o tortas con yacón y harinas integrales.
Adáptalas: juega con frutas locales: mango, uchuva o guayaba pueden ser interesantes.
Comparte tu experimento: sube fotos a redes, etiqueta a productores locales o nutricionistas, ¡y únete al movimiento wellness-andino!
Con creatividad y conciencia, podemos reescribir la historia de lo que comemos… un pan a la vez.
Disponible en el Sello Editorial UNAD, bajo la revista Publicaciones e Investigación.


