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Cerro El Venado: un pulmón natural que atrapa carbono y refresca a Yopal
¿Puede una colina ser más que un paisaje bonito? En Yopal, Casanare, el cerro El Venado no solo embellece el horizonte: regula el microclima, sirve de refugio a la fauna silvestre y captura dióxido de carbono para combatir el cambio climático. Así lo demuestra una investigación reciente de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia (UNAD), que nos recuerda por qué proteger nuestros ecosistemas no es opcional, sino urgente.
En la vereda La Upamena, sector Balconcitos del municipio de Yopal, en el corazón del piedemonte llanero, el cerro El Venado —una imponente formación natural— actúa como corredor biológico entre la sabana y la cordillera oriental. Este lugar fue el escenario de un riguroso análisis ecológico liderado por el semillero Biosfera del grupo de investigación CAZAO-UNAD.
¿Qué investigaron?
El equipo científico se propuso medir la cantidad de carbono almacenado en la biomasa aérea de árboles y arbustos presentes en dos tipos de cobertura vegetal:
- Bosques conservados
- Sistemas silvopastoriles
Pero no se detuvieron allí: también evaluaron la biodiversidad y la belleza escénica, reconociendo que los servicios ecosistémicos no solo se miden en toneladas, sino también en bienestar para la comunidad.
¿Cómo se hizo?
Se instalaron 6 parcelas temporales de 1000 m²: tres en bosque y tres en sistemas silvopastoriles.
Se midieron características como diámetro a la altura del pecho (DAP) y altura total de los árboles.
Se identificaron 35 especies vegetales en estado fustal.
Se utilizaron modelos alométricos (GlobAllomeTree e IPCC) para calcular la biomasa y el carbono almacenado.
Se aplicó un análisis estadístico con ANOVA y prueba LSD de Fisher para validar los resultados.
Lo que nos dijeron los árboles…
Los árboles hablaron… y esto fue lo que revelaron:
Los bosques del cerro El Venado lograron capturar, en promedio, 10,95 toneladas de carbono por hectárea, lo que equivale a 40,19 toneladas de CO₂ retenidas lejos de la atmósfera. ¡Casi como si cada hectárea tuviera su propio filtro anti-calentamiento global!
En cambio, los sistemas silvopastoriles, donde conviven árboles aislados con pasturas, capturan mucho menos: apenas 1,36 toneladas de carbono por hectárea, o 4,97 toneladas de CO₂.
¿Y eso qué significa? Que el bosque aún resiste y respira, a pesar de los impactos de la tala selectiva. Que la diferencia entre conservar un bosque y dejarlo desaparecer se mide en toneladas de esperanza.
Si lo comparamos con el estándar del IPCC (~141 t C/ha), parece poco… pero en un ecosistema presionado por el crecimiento urbano y la actividad humana, cada árbol cuenta, cada hectárea importa.
Servicios ecosistémicos clave identificados
- Captura de carbono: esencial para mitigar el cambio climático. La vegetación captura CO₂ atmosférico y lo transforma en biomasa viva, aportando a la regulación climática global.
- Corredor biológico: el cerro permite la migración de fauna entre sabana y cordillera. Se identificó alta riqueza en aves y anfibios, gracias a su diversidad de hábitats y condiciones climáticas.
- Microclima y belleza escénica: el relieve montañoso y su vegetación actúan como barrera natural que refresca la ciudad, atrapa corrientes de aire cálido y genera bienestar. Es también un atractivo turístico y espiritual, visitado por más de 13.000 personas a la semana.
El estudio liderado por Blanca Carvajal, Gilberto Cortés y Zulma Durán no solo cuantifica carbono. Nos recuerda que la naturaleza no necesita ser sembrada para ser valiosa. Lo que ya existe, como el cerro El Venado, necesita ser entendido, conservado y valorado por su rol ambiental, cultural y social.
¿Y tú? ¿Conoces el cerro El Venado?
Si vives en Yopal o planeas visitarlo, piensa en sus árboles como aliados silenciosos que respiran contigo. Este estudio es una invitación a actuar, a sembrar conciencia y a conservar lo que nos sostiene.