Hola, mi nombre es Rulber Gómez, y quiero ser yo el que te hable de la UNAD.
Soy egresado de Administración de Empresas de la UNAD, programa que adelanté desde la penitenciaría San Isidro, en la ciudad de Popayán (Cauca), en donde permanecí por varios años como consecuencia de las malas decisiones que tomé en el pasado. Hoy, luego de haber pasado por muchas dificultades, puedo sentirme orgulloso de haber finalizado mi carrera con éxito y de haber motivado a otros a hacer lo mismo.
Puedo decir que mi vida cambió por completo el día que me enteré del convenio que tiene la UNAD y el INPEC para que personas privadas de la libertad puedan acceder a programas profesionales a bajo costo. Gracias a esto, y con la ayuda económica de mi familia, tuve la oportunidad de vincularme a la institución e iniciar una carrera profesional. No fue fácil pues el centro penitenciario solo contaba con energía durante dos horas en la noche, tiempo que aprovechaba al máximo para cumplir con mis deberes.
El apoyo de los tutores de la UNAD y de la misma universidad han sido invaluables. Toda esta experiencia ha sido de mucho aprendizaje y ahora que estoy afuera es algo inexplicable el poder compartir con otros profesionales y seguir aprendiendo de ellos. Mi meta ahora es poder administrar mi propia empresa y eso no hubiera sido posible sin la UNAD, que para mí es el lugar que hace reales las segundas oportunidades.
La de Rulver es solo una de las historias de los más de 200.000 estudiantes que tiene la UNAD en todo el territorio nacional. Por él y por todos creemos que es posible un país con #MásUNADMásEquidad.
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